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sábado, 10 de diciembre de 2011

LA PRÁCTICA DE LA HOSPITALIDAD




La práctica de la hospitalidad es una hermosa virtud cristiana la cual las Escrituras nos exhortan constantemente por precepto y ejemplo, esa bondadosa y generosa recepción del prójimo al abrigo y cuidado del hogar de uno, se ha llamado la gloria del hogar y la flor de la vida hogareña. En un justo y adecuado adorno de la doctrina de Dios nuestro Salvador. La esencia misma de la doctrina integral de Dios es su gracia abundante y generosa que fluye en bendiciones divinas hacia el hombre pecador. La hospitalidad del cristiano a su prójimo es una pequeña manifestación de esta misma gracia fluyendo por el canal de su corazón redimido.
Las epístolas del Nuevo Testamento, las cuales exponen completamente esta maravillosa gracia de Dios, urgen la práctica de la hospitalidad como una parte vital del cristianismo práctico. Entre los cristianos primitivos, se dice, que la hospitalidad era tal marcado rasgo de sus vidas, que aún los gentiles de alrededor los admiraban por ello. Mirando a las exhortaciones de las Escrituras, vemos de Romanos 12: 9.21, que uno de los muchos preceptos los cuales forman la santa ropa del cristiano vivo, es: "practicando la hospitalidad". Así también uno de los requisitos para ser "obispo" o "sobreveedor" es que debe ser "hospedador" u "hospitalario (I Tim. 3: 2; Tito, 1: 8).
Pero la hospitalidad no ha de ser sólo demostrada a los que amamos y conocemos; ha de ser mostrada a los desconocidos de igual modo. Así Hebreos 13:2 nos instruye, "No os olvidéis de la hospitalidad, porque, por ella, algunos hospedaron a los ángeles". Aquí se hace referencia al bello acto de Abraham y Sara en Génesis 18, cuando ellos diligentemente prepararon una comida personal para los tres forasteros que vinieron a la puerta de la tienda de ellos, y más tarde demostraron ser dos ángeles y Jehová Dios mismo. Los benditos resultados de mostrar hospitalidad a los extraños es de ese modo ilustrada, como muchos ha probado desde entonces.
La falta de hospitalidad
'Uno de los rasgos admirables del patriarca Job era, que él abría sus puertas a los viandantes, y el forastero no posaba en la calle (Job 31:32), mientras los días de decadencia y apartamiento de Dios y Su voluntad por Su pueblo están caracterizados por la falta del mismo. Esto se nota en los días de los Jueces (Juec. 19: 15 - 18), cuando el pueblo de Dios estaba en muy bajo y mal estado de alma. En ese tiempo cierto levita y los que le acompañaban vinieron a la ciudad de Gabaa, de la tribu de Benjamín y se sentó en la calle cuando el día declinaba "porque no hubo quien los acogiese en casa para pasar allí la noche". El tuvo que decir: "Mas voy ahora a la casa de Jehová, y no hay quien me reciba en casa". Más tarde, sin embargo, un anciano de Efraim, que moraba como forastero en Gabaa, se acercó y lo llevó a su casa.
En nuestros días de Laodicea, de tibieza y un estado de alma autosatisfecho, necesitamos percatamos, no sea que esta misma falta de hospitalidad se convierta en característica de nuestros hogares. En medio de las complicadas y agobiantes condiciones de vida del presente, la práctica de hospitalidad puede hacerse más difícil pan algunos, y para nuestras mentes, la falta de ella puede ser plausiblemente excusada. ¿Pero es ello así ante la santa vista de Dios? ¿Cómo parece ante El Quien escudriña los riñones y el corazón?, ¿estuvieron los cristianos primitivos en mejores circunstancias que nosotros para practicar la caridad? ¿Y son las exhortaciones en las Escrituras en cuanto a la hospitalidad de menor aplicación a nosotros en nuestros dais de prueba que a ellos en sus días? Examinemos de nuevo seriamente la cuestión, y sed hallados sobresaliendo en la excelente virtud de la hospitalidad.

  • La Sunamita
El hermoso contraste con los días de Jueces 19 están los hechos encomiables y hospitalarios de la "gran mujer de Sunem", según se registra en 2 Reyes 4: 8 - 17. Cuando el profeta Elíseo pasaba por aquel camino, ella le obligó a entrar y comer pan, y siendo tan cordialmente bienvenido, él se volvía a comer pan allí cada vez que pasaba por aquel camino. Un día ella habla a su marido y le propone hacer una pequeña cámara al profeta, amueblándola para que el profeta se alojara en ella cuando viniera por allí. Hicieron esto y cuando el profeta venía y disfrutaba de este especial hospitalario amor, se regocijó mucho y dijo: "Tú has sido solícita por nosotros con todo este esmero, ¿qué quieres que haga por ti?"
Pero nótese la simplicidad de la cámara para hospedar de esta sunamita y su hospitalidad. Ella contenía sólo las cosas necesarias para el descanso físico y comunión y refrigerio espirituales. Una cama para dormir, una mesa para leer o escribir sobre ella, un taburete para sentarse y un candelero por el cual alumbrarse, constituían el mobiliario de aquella habitación. ¿No hay aquí un estímulo para aquellos de medios sencillos para practicar la caridad de igual manera? No es con frecuencia el orgullo de la vida la que gusta de ostentar opulencia ante los huéspedes y alternar con otros la causa yaciente de la falta de hospitalidad? Que podamos todos aprovecharnos de, y andar en la simplicidad de esta gran mujer de Sunem y ser hallados en "la simplicidad que es en Cristo" (2 Cor. 11: 3). "El hombre mira lo que está delante de sus ojos, más Dios mira el corazón" (I Sam. 16: 7). Es la bondad y el amor del corazón lo que cuenta en la hospitalidad, y no las abundantes y maravillosas aportaciones que uno pueda o no pueda estar dispuesto a suplir. Esto está más tarde sostenido por Pedro en las palabras de I Ped. 4:9: "Hospedados los unos a los otros sin murmuraciones". Todo lo que uno posea, poco o mucho, debe ser compartido con otros de voluntad. Es el espíritu en el cual se hacen las cosas lo que cuenta más que lo que se hace.
Las palabras del Señor en Mateo 10:42 son adecuadas en relación con esto: "Cualquiera que diere a unos de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, en nombre de discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa". Aquí está la promesa segura de recompensa por la hospitalidad brindada como al Señor, aún por un acto tan pequeño como dar un vaso de agua fría.

LO QUE CUESTA SER UN GANADOR DE ALMAS


El convertirse en un ganador de almas es un proceso que dura toda la vida, es conocer y aplicar un arte que solo puede ser enseñado por Dios a hombres dispuestos totalmente a morir a su voluntad, a su Yo, a ser marionetas humanas movidas por los hilos del Espíritu Santo. Dios busca hombres con corazones moldeables que permitan que sus deseos se hagan realidad por medio de Él a pesar de los duros golpes que se reciben al ser formados como discípulos de Cristo.

"Morir para vivir", es lo que dice Dios a los hombres que desean ganar almas, es el vivo ejemplo de Jesús en la cruz del calvario, morir a mis deseos, a mi vida, a mi voluntad, negarme a mí mismo para que muchos otros que andan en tinieblas resuciten de su muerte espiritual y tengan vida eterna.

Pero qué se debe hacer o cuánto puede valer o cuál es el precio que debo pagar para obtener el privilegiado título de ganador de almas frente a Dios? Cuando se tiene el sincero deseo de ganar almas, no tenemos que hacer algo más, Dios lo hace todo, Dios nos usa de forma sobrenatural iniciando con la formación de nuestro carácter, formando el Cristo en nuestra vida, para esto es necesario identificarnos con la necesidad de Dios, recuperar las almas que Satanás se ha robado; Dios pone el sentir en nuestro corazón, ese dolor profundo por los perdidos, esa compasión que Jesús tuvo en Mateo 9:36. Dios cambia nuestros ojos físicos por los espirituales permitiendo ver en cada persona un alma de infinito valor, de recordar los momentos en que estábamos muertos en nuestros pecados, del dolor que sentíamos y el refrigerio que obtuvimos al aceptar a Jesús como el Señor y director de nuestra vida.

Un estilo de vida correcto, intachable, una copa limpia y reluciente es el lugar donde Dios derrama de su unción, de su poder, de su autoridad, es el sitio perfecto para que su presencia se haga real convirtiendo al más tímido y temeroso de los hombres en un arma fuerte y poderosa, demoledora de fortalezas y un campeón ganador de almas. El estilo de vida se observa en el hombre en la medida en que este viva lo que predica. ¿Cómo alguien puede ganar almas o hacerle creer el evangelio a alguien cuando este ni siquiera lo cree?, ¿Con qué autoridad podría predicar cuando no vive lo que dice? Es necesario que el ganador de almas no tan solo crea sino viva lo que instruye. El estilo de vida va unido a la oración, la oración es el medio por el cual Dios forma el carácter del hombre, transforma lo más profundo de su ser y es la mejor escuela para un ganador de almas. Es en su presencia donde realmente Dios hace pedazos nuestra vida, arranca de nosotros el Yo, derrama de su amor y compasión, nos da armas y nos incorpora en la lista de su poderoso ejército; es realmente en la oración donde nos introducimos en el mundo espiritual y nos enfrentamos a Satanás para arrancar de sus garras las almas que ha robado a Dios, es en el mundo espiritual donde luchamos y ganamos la verdadera batalla y es por medio de la oración donde nos convertimos en ganadores de almas por excelencia.

El ganar almas para Cristo no es solo el hecho de que una persona en algún momento de su vida acepte al Señor Jesús como su salvador, este es el primer paso, el ganar almas es el largo proceso de consolidar, discipular y enviar a los creyentes a ganar a otros y reproducir en ellos las enseñanzas de Jesús repitiendo una y otra vez la cadena del evangelismo, para esto es fundamental contar con el tiempo no disponible sino necesario para adoctrinar al creyente tal como lo hizo Jesús en su tiempo y como lo haría hoy día.

"Ganador de almas" es el gran título a obtener delante de Dios y no de los hombres y el precio que se debe pagar no es bajo, pero es menor, mucho menor que el que Jesús pagó por nosotros.
"Si Jesús murió por nosotros para ganar nuestra alma, Por qué no
Podemos vivir para El para ganar muchas alma?"



LOS REQUISITOS BIBLICOS PARA SER PASTOR .


La biblia nos da una lista de 28 requisitos para el pastor. Necesitamos examinarnos a nosotros mismos para saber si calificamos para este trabajo. 1 Timoteo 3:2-7; Tito 1:6-9.
1. Irreprensible (1 Timoteo 3:2)
Esto quiere decir una conducta incuestionable, irreprochable. Estas preguntas sirven de auto examen, para examinar su corazón delante de Dios.
Nos escandalizamos cuando un pastor cae en pecado. Yo he sabido de tantos y Dios conoce mi corazón que me da tristeza cuando yo me entero de un pastor, un siervo de Dios, que ha caído en algún pecado que lo descalifica para seguir adelante en el ministerio. En realidad eso no ocurre de la noche a la mañana. Eso es un proceso que empieza en algún momento y que poco a poco nosotros vamos permitiendo que ese pecado, esa forma de vida pecaminosa, sucia, vil, forme parte de nosotros mismos. Cuando al fin se descubre nuestro pecado nos damos cuenta de que en realidad no fue algo ocasional, fue un proceso que ya tenía mucho tiempo.
Estas preguntas son para auto examinarse en este requisito bíblico para ser pastor.
¿Alguien comúnmente tiene causa para acusarte de mal proceder?
Desde que ha sido salvo, ¿Alguien te ha denunciado o te ha acusado judicialmente por algo? Hay acusaciones falsas que nos hacen pero que tragedia cuando son verdaderas.
¿Ha sido culpado en los últimos tres años de una violación al reglamento de tránsito, o alguna ofensa criminal? Parece que este es el pecado favorito de los pastores. Algunos hasta la licencia les quitan de por vida. Tenemos que examinarnos.
¿Eres un buen ejemplo para tus hijos, tu esposa, y tu iglesia?
¿Piensas que alguien en tu iglesia se ofendería o tropezaría si tú fueras pastor? ¿Quién? Hay personas que su opinión no tiene peso, pero hay personas que definitivamente aman al Señor y quieren vivir para Dios y definitivamente tienen algo que señalarnos.
¿Has estado en banca rota? Algunos ahí viven siempre. Creo que uno de los problemas que tenemos es que somos malos administradores. Muchos pastores no llevan un presupuesto. ¿Cómo podemos enseñarle a los miembros de nuestra iglesia a ser ordenados en sus finanzas, si nosotros mismos no somos ordenados en nuestras finanzas? Como usted maneja su dinero así va a manejar el dinero de la iglesia. Tenemos que aprovechar cada centavo que tenemos . Pero que tragedia que algunos pastores no son nada ordenados en sus finanzas. ¿Haces promesas que no cumples? Y como nos encanta a los pastores, prometer y prometer y nunca cumplir. Eso se llama mentira. La biblia dice que un requisito bíblico es ser irreprensible. Los hermanos de la iglesia cuando escuchan al pastor hablar dicen: Ya lo sabemos nunca se va a hacer. ¿Usted es así?
¿Exageras? ¿Mientes? Irreprensible. Eso quiere decir que nadie tiene que poner un dedo para señalarnos diciendo yo te escuche, yo te vi, yo te oí. Estamos en esa batalla, todos estamos en esa batalla. Pero que terrible es cuando un pastor definitivamente ya esta yendo cuesta abajo y ya no le importa, y su justificación es díganme: ¿Quién es perfecto?, díganme ¿Quién no peca? Si esa es nuestra justificación entonces se vale que los hermanos vivan como quieran. ¿Para qué estamos predicando? ¿Para qué nos decimos siervos de Dios? Irreprensible, ese es el primer requisito.
2. Buen Testimonio (1 Timoteo 3:7)Esto se refiere a gente fuera de la iglesia ¿Tenemos buen testimonio? Las preguntas nos deben de servir para saber cómo andamos. Este es como un termómetro. Como ir al doctor y saber cómo andamos de buen testimonio.
¿Cómo es tu testimonio en la comunidad? Excelente – bueno - Recto - Pobre
Cualquier no creyente ¿Tiene queja legitima contra ti? Eso sería una verdadera tragedia. Usted mismo se está descalificando de ser pastor. Nadie más lo está descalificando, solo usted. Esto es lo que sucede, un día Dios permite que esa
vida desordenada que estamos llevando salga a la luz, Dios se encarga de sacarla a la luz y que todo el mundo se entere de la clase de persona que somos y entonces vienen los lamentos.
Cuantas veces he tenido que hablar con pastores que han quedado descalificados. Pero cuando empezamos a averiguar su vida, nos damos cuenta que es un proceso que ha seguido y termina un día explotando, haciendo crisis. Por eso que bendición que hay predicaciones donde nos señalan nuestro pecado, donde nos pisan los callos, donde nos hacen sentir incómodos, nos sentimos medio molestos, algunos hasta parece que tienen piquiña, no pueden estarse quietos. Eso quiere decir que Dios quiere usarnos. Dios quiere bendecirnos, Dios nos está diciendo; hijo mío, a ti te estoy hablando, arregla ese problema que tienes en tu corazón antes de que ese pecado te descalifique. Porque Dios lo sabe, ¿Cree que Dios no sabe cómo vivimos? ¡Claro que lo sabe!
Estaba predicando en una ciudad de nuestro país y le pedí a un pastor que me diera permiso para buscar mi correo electrónico en su computadora. La computadora estaba en su misma casa. Cuando oprimí la tecla que se oprime para ver las páginas que se habían visitado haber si estaba la página donde yo podía entrar a mi correo electrónico. Me quede espantado, nada más por el título de las páginas yo sabía que eran puras páginas pornográficas. Casa de un pastor, recamara de un pastor, computadora de un pastor, no de un miembro de una iglesia, que tampoco se justificaría. ¿Se imagina? Yo quiero pensar que él no había consultado esas páginas pero ¿Por qué permite que en su computadora? Si alguien busca en su computadora ¿Qué encontraría? Hay no pastor yo me encargo de borrar las páginas. Puede ser que usted las borre pero Dios sabe perfectamente bien.
Vienen una serie de preguntas para que examine con cuidado. Hágaselas a usted mismo y honestamente contéstelas. No se trata de impresionar a nadie. Estamos sirviendo al Señor quien nos conoce perfectamente bien y él se va a encargar de ese pecado que nosotros estamos tratando de disfrazar, salga un día a la luz y entonces vamos a sufrir la vergüenza y el dolor de no solamente quedar descalificados del ministerio, pero probablemente perder todo lo que Dios nos ha dado. Examínense constantemente por su propio bien.
3. Decoroso (1 Timoteo 3:2)
Vivir en una forma modesta, sin extravagancias. ¿Vive usted en una forma modesta? Hay algunos pastores que luego  se ve donde está su interés. Una casonona de no sé cuantas recamaras y la iglesia abandonada, apenas subsistiendo.
4. Sobrio (1 Timoteo 3:2)
Literalmente significa lo contrario a lo que produce el alcohol. Pensamientos vagos, no ágiles, etc. usted sabe cómo andan los borrachos. Esto es lo contrario a una persona tomada o un borracho.
5. Dueño de sí mismo (Tito 1:8)
Que fácilmente pierden el dominio propio algunos pastores. Control de sí mismo en todos los aspectos, mente, emociones, temperamento. ¿Es usted dueño de sí mismo?
6. Prudente (1 Timoteo 3:2)
Esto quiere decir que es de una mente sana, centrada, buen juicio.
7. Justo (Tito 1:8)
Dentro y fuera de la iglesia, honesto, equitativo.
8. Santo (Tito 1:8)
Separado de prácticas mundanas y dudosas. Consagrado a Dios para hacer el bien.
9. Amante de lo bueno (Tito 1:8)
Esto quiere decir promotor y compañero de lo bueno. Sano, justo. Nadie puede ver lo que hay en nuestro corazón. Pero un día lo que hay en nuestro corazón va a salir a flote tarde o temprano. Por eso tenemos que cuidar nuestro corazón y por eso están estos requisitos bíblicos. Dios quiere usarnos. Dios quiere bendecirnos. Dios quiere prosperar lo que hacemos pero a veces el obstáculo somos nosotros.
10. Hospedador (1 Timoteo 3:2; Tito 1:8)
Esto significa hospitalario, dispuesto, no forzado. Hay algunos que dicen pues ni modo lo tengo que recibir pues que le hago. Tiene que ser hospitalario y si usted no es hospitalario ni es hospedador ¿Cómo espera que los miembros de su iglesia lo sean? Tarde o temprano vamos a necesitar que los miembros de nuestra iglesia hagan algo en este sentido.
11. Amable (1 Timoteo 3:3)
Esto quiere decir ser cortés con todas las personas. Dicen por ahí que lo amable no quita lo valiente. o  lo Cortés no quita lo valinte. Hay que ser amables.
12. Apacible (1 Timoteo 3:3)
Un promotor y seguidor de la paz. Estos son los requisitos bíblicos para ser un pastor. Yo no los puse. Fue Dios el que los puso. Si usted no los llena. Usted mismo se está descalificando, no es Dios el que lo está descalificando, es usted, su manera de vivir. Por su propio bien, más vale que constantemente esté examinando estos requisitos bíblicos y trate de sujetarse a ellos.
13. No iracundo (Tito 1:7)
Hay algunos pastores que les dicen el cerillo, porque con nada se prenden. Predecible, estable, lo contrario de un peleonero. Hay algunos pastores que les encanta andar metiéndose en broncas, pleitos que ni siquiera son de ellos ahí están metidos.
14. No pendenciero (Tito 1:7)
Que interesante que la biblia habla en los requisitos de un pastor tanto de esto. Habla de su carácter, su temperamento. Esto significa una persona mansa, apacible, que no busca y no se mete en pleitos pero hay algunos que les encanta andarse metiendo en pleitos hasta parece que andan buscando donde hay un pleito que quiero estar ahí.
15. No codicioso de ganancias deshonestas (Tito 1:7)
No conseguir dinero mediante trampas o engaños por medios ilícitos. Hay algunos pastores que tienen su vídeo club y tienen su vídeo club de películas.
16. No avaro (1 Timoteo 3:3)
Si usted es avaro debería dejar el ministerio porque va a tener muchos problemas. Esto quiere decir no un materialista, no un asalariado. El que no es avaro no tiene ningún problema con el dinero. El que es avaro esta dependiendo nada más de lo que le dan. Y es por eso que muchos pastores no quieren predicar lo que la palabra de Dios enseña porque se le va el hermano que siempre le trae un regalito, el que más lana tiene. No importa que viva en una forma desordenada el tiene más dinero, entonces vamos a apapacharlo. Entiendo si es que es nuevo ese hermano, recién convertido, tiene que pasar por el proceso de crecimiento. Pero si ya tiene cinco, diez años ahí en la iglesia y sigue igual de mañoso usted se está convirtiendo en cómplice de él. Como dice el dicho: Que tanto peca el que mata la vaca, como el que le agarra la pata. Hay un montón de pastores agarrándole la pata a la vaca y no nada más a la vaca.
17. No soberbio (Tito 1:7)
Un pastor debe ser humilde, desinteresado de su propio beneficio, sujeto a Dios.
18. No dado al vino (Tito 1:7)
No dado al vino, ni a la marigüana, ni a la cocaína, ni a la heroína, El pastor no debe ser un alcohólico pero tampoco uno que ande tomando o promoviendo el abuso del vino o bebidas embriagantes. Ahí está en la biblia. Estos son requisitos bíblicos. No los puso una iglesia, los puso Dios.
19. Que gobierne bien su casa (1 Timoteo 3:4)
Cada aspecto de su hogar y su familia. Finanzas, casa, hijos, esposa.
20. Marido de una sola mujer (1 Timoteo 3:2)
No tener una mujer por turno. Si no una sola mujer para siempre. Ahí está en la biblia. Ahora se está acostumbrando que los pastores bautistas fundamentales se están divorciando y se están volviendo a casar y están queriendo pastorear. Ese es el problema. 

21. Hijos en sujeción con toda honestidad (1 Timoteo 3:4)
Si no puede controlar a sus hijos ¿Cómo enseñara a los padres a controlar a los suyos? ¿Cómo andan sus hijos hermano pastor? Yo se que llegan a una edad donde ya nosotros no podemos controlarlos y en cierta forma ya no somos responsables de ellos. Si deciden tomar un mal camino será decisión de ellos. La tragedia es que están en la casa del pastor, viviendo bajo el techo del pastor y viven una vida desordenada.
22. Hijos creyentes (Tito 1:6)
Si no puede ganar a sus propios hijos ¿Cómo los tendrá en sujeción?
23. Hijos no acusados de disolución
Hijos inmolares y rebeldes, mundanos y carnales. Disolución significa que disuelve, destruye. Que destruye el hogar, la iglesia. ¿Qué autoridad puede tener el pastor para pararse a predicar la palabra de Dios cuando sus hijos se comportan de esta forma? Estos son requisitos bíblicos. No los puse yo, no los puso una organización, los puso Dios. Debemos de sujetarnos a estos requisitos.
24. Hijos obedientes
Aunque el pastor no debe poner a su familia como ejemplo. Debe ser un ejemplo. No cometa el error de algunos pastores de estar hablando siempre de sus hijos. Que son los mejores y que usted tiene unos excelentes hijos. Usted está poniendo una carga tremenda sobre sus propios hijos. No lo haga por su propio bien y el de sus hijos. No es justo para ellos.
25. Retenedor de la palabra fiel tal y como ha sido enseñada (Tito 1:9)
El pastor tiene que saber lo que cree, ¿Por qué lo cree? y encontrarlo en la biblia. Si usted no puede encontrar lo que predica en la biblia no lo predique.
26. Apto para enseñar
Yo sé que no todos tenemos el don de la enseñanza. Algunos tienen el don, se les da. ¿Qué es lo que tenemos que hacer entonces? Prepararnos, estudiar. No hay predicador que si se prepara no pueda predicar un buen mensaje o no pueda ir mejorando en su predicación. Pero si no estudia, no lee, es perezoso, no pasa tiempo con Dios, ahí está el problema.
Capacitado, preparado y preparándose continuamente para enseñar las verdades bíblicas. No lo sabemos todo. Algunos creen que por estudiar en un instituto bíblico ya son Juan Camaney. Ya yo la hago fácilmente. No es así, pobrecito de los pastores que creen que lo saben todo. Por eso repito que bueno es tener predicaciones como estas. No solo Dios nos redarguye, si no que vamos aprendiendo, vamos mejorando, vamos viendo diferentes aspectos de nuestra propia necesidad
27. Capaz de exhortar y convencer
Dios capacita a sus siervos, pero el pastor debe preparase todo lo humanamente posible para amonestar, animar y reprender todo lo que dice la vida.
28. No un neófito (1 Timoteo 3:6)
Esto quiere decir no un principiante o una persona inmadura sin disciplina sin carácter. Y yo le animo a que constantemente examine cada uno de estos requisitos bíblicos a la luz de estas preguntas y luego sea honesto, si hay que hacer cambios en su vida hágalos porque de otra manera puede terminar con problemas.

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