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domingo, 6 de septiembre de 2009

EL TEMOR DE DIOS

La palabra temor aparece en la Biblia en multitud de ocasiones. Unas veces es sinónimo de miedo; por ejemplo, en Mateo 28.5, cuando un ángel del Señor se aparece a María y María Magdalena y les dice: "no temáis vosotras; porque yo se que buscáis a Jesús", o en Lucas 12.4, cuando Jesús nos advierte "no temáis a los que matan el cuerpo y después nada más pueden hacer".
No creo que haya existido una sola persona en el mundo que no haya sentido alguna vez el miedo. Miedo a la muerte, la oscuridad, a ser rechazado, incomprendido, maltratado, insultado, humillado; miedo a la soledad, a algo o a alguien. Sin embargo, cuando conoces a mi Señor, te das cuenta que Él sufrió todas esas cosas y las venció, y con Su Resurrección nos hace partícipes de Su Victoria a la muerte. Por esto no hay que tener miedo de nadie, por poderoso que sea. Al fin y al cabo, ese poder se lo ha dado el Señor, quien está por encima de todos y a quien corresponde toda Gloria, Honor, Majestad y Autoridad. Toda rodilla se doblará ante Él, igual que sucedió cuando fueron a prenderle en el Monte de los Olivos y los mismos que querían matarlo cayeron a tierra como muertos, según nos narra Juan en 18.6.
Ya has leído a Lucas, no hay que temer ni aún a los que aquí en la tierra Dios les diera el poder de matarnos físicamente. Los primeros cristianos comprendieron bien esto y, por ello, se mantuvieron firmes en la Fe a pesar de ser sometidos a horribles martirios. Hoy en día, afortunadamente, nadie nos va a matar por predicar el Evangelio, pero si nos insultan y aborrecen por causa de la Palabra de Dios.
No, no hay que temer a nada ni a nadie, en la seguridad de que el Señor nos protege. "No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán. Confía en Jehova, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehova, y Él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehova tu camino y confía en Él; y hará. Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía" (Salmo 37.1-6).
Pero hay uno al que si hay que temer: "os enseñaré a quien debéis temer: temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; si, os digo, a este temed" (Lucas 12.5). Dios es el único que tiene poder, no sólo sobre nuestro cuerpo y esta vida mortal, sino sobre nuestra alma y espíritu y la vida eterna. Él nos va a juzgar y puede salvarnos o condenarnos en el infierno si no nos arrepentimos de nuestros pecados y aceptamos Su Sangre, la de Su Hijo, para que nos cubra de Su Redención. Él es el todopoderoso, nuestro Creador y nuestro dueño. ¿Qué es lo que debemos temer?: A ser desobedientes, orgullosos, apartarnos de Él. Mientras que seamos conscientes de Su Poder y que lo podemos todo con Él y nada somos sin su ayuda, andaremos en ese temor santo y Él nos bendecirá.
La palabra temor significa también adoración, obediencia y servicio. Es así como se interpreta en Génesis 22.12 cuando Abraham, en un acto de Fe, está dispuesto a sacrificar a Isaac, su hijo, creyendo que aunque él muriera, Dios tenía poder para resucitarlo. El ángel lo detiene diciendo "no extiendas tu mano sobre el muchacho ni le hagas nada porque ya conozco que temes a Dios por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único". Dios le había ordenado que matara a Isaac para comprobar hasta donde era capaz de llegar Abraham para obedecerle. Por muy dura que sea la prueba nosotros, al igual que Abraham, debemos temer a Dios, obedeciéndole y teniendo Fe en que Él nos ayudará.
"El temor de Jehovs es aborrecer el mal" (Proverbios 8.13), esto significa que obedecer, servir y adorar a Dios, es decir, hacer el bien, es aborrecer el mal que, también en el mismo versículo, lo asocia con "soberbia, arrogancia y boca perversa". Los que no temen a Dios son, por tanto, soberbios. Son los que no creen en Su Existencia, o se inventan un dios particular, andando en total impunidad por el mundo, es decir, en las cosas de la carne, sin temor al castigo que les vendrá al final de sus días. En Gálatas 6.7-8, Pablo dice que "no os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, esto también segara. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna".
El temor de Dios nos acerca a Él y es un puntal imprescindible para conocerle. Así, en el Salmo 111, versículo 10 dice que "el principio de la sabiduría es el temor de Dios". Sabiduría es la ciencia, conocimiento y entendimiento de su Palabra revelada por el Espíritu de Dios a los que le temen. "Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual predestinó antes de los siglos para nuestra gloria. Antes bien, como está escrito: cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos la reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre sino el espíritu del hombre que está en él?. Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio, el espiritual, juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor?. ¿Quién le instruirá?. Mas nosotros tenemos la mente de Cristo." (1ª carta a los Corintios 2.6-16).
Los que sin temor de Él, sin contar con Su Espíritu, sino confiados en su propia inteligencia, pretenden llegar a la Sabiduría mediante el estudio, son necios que caen en la trampa de la palabra, ya que "la letra mata mas el Espíritu vivifica" (2ª carta a los Corintios 3.6). Son los llamados doctores, teólogos, padres y dirigentes de las religiones, que se afanan en vanas discusiones y estudios científicos sobre los que nos alerta Pablo en su 1ª carta a Timoteo, capítulo 6, versículos 20 y 21 "Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos se desviaron de la fe". "Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes... Mas evita profanas y vanas palabrerías porque conducirán más y más a la impiedad" (2ª carta a Timoteo, 2.14 y 16).
Aunque, como hemos visto, debemos exhortarnos los unos a los otros para andar siempre en el temor de Dios, "someteos unos a otros en el temor de Dios" (Efesios 5.21), Su Amor está siempre por encima de todo. "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en si castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor" (1ª de Juan 4.18). Ya no hay temor de muerte, porque andamos en el temor de Dios (adoración a Él), y creencia de que Él nos ha dado Su Espíritu y Su Amor se ha perfeccionado en nosotros. "Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros. En esto conocemos que permanecemos en Él, y Él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu." (1ª de Juan 4.12-13). "Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto." (Juan 14.7)

1 comentario:

  1. Hola como estan,que Dios los bendiga.
    Quisiera hacer un pequeño aporte sobre el temor de Dios.
    Hay dos palabras griegas que se traducen como temor,una es "Deilia"que viene siendo un defecto y la otra es "Eulabeia"que es una virtud.
    Deilia:Persona timida,cobarde,medrosa,fusilanime,desconfiada,por ejemplo:2 Ti 1:7;Ap 21:8;Jn 14:27;algunas veces también se traduce como miedo;solo el amor del Señor nos puede quitar la Deilia(1Jn 4:8).
    Eulabeia:Virtud que se caracteriza por reconocer,reverenciar,respetar,admirar,devocionar,pero esto se hace a lo que se conoce o a quien se conoce y se sabe que de verdad es digno;este es el verdadero temor de Dios,por ejemplo:He 5:7;He 12:28;He 11:7;en algunas porciones eulabeia se traduce como piadoso por ejemplo:Lc 2:25;Hch 2:5.
    Hay otra palabra que también se traduce como temor y miedo,y es Phobos=fobia.-fuente de donde el temor proviene.
    Bueno,este es mi pequeño aporte,espero y sea de edificación.Que el Señor la siga bendiciendo.

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